Ayer fue 29 de Septiembre, como todos sabéis el día de la Huelga General. A mí, en parte, sí que me afectó, entre otras cosas porque no tuve clase de universidad, más que nada porque a primera hora de la mañana era imposible pasar. Además, coger la línea 24 del autobús hacía Alicante era toda una odisea, ya que los servicios de éste se habían reducido en un 75%. Por no hablar, de todo lo ocurrido en la demás ciudades españolas.
Pero, ¿por qué se organizó esta huelga que paralizó el país? Los trabajadores, a través de UGT y CC.OO., quieren expresar el rechazo a los recortes sociales y supresión de derechos de los trabajadores decretadas por el Gobierno, bajo amparo y excusa de directrices europeas. Tras esta reforma, el gobierno español ha decretado un gran recorte que afecta especialmente a las espaldas de los trabajadores y a los pensionistas. Además, se ha reducido la inversión pública que frenará el crecimiento económico y la creación de empleo. Y por último, impone una reforma laboral que elimina derechos de los ciudadanos en sus puestos de trabajo. Un cambio demasiado radical, al que quizá nos cueste acostumbrarnos.
No obstante, estamos sumergidos en una profunda crisis económica, de la que es muy complicado salir adelante. Por ello, el gobierno ha empezado a tomar medidas, y esta reforma ha sido una de ellas, aunque no ha sido muy bien recibida por la mayoría. Pero, ¿si deseamos salir adelante, tendremos que empezar a cambiar?, ¿será esta polémica reforma la que nos salvará de esta crisis?
